controlar los nervios durante un examen

Es completamente normal sentirse estresado y que cueste controlar los nervios durante un examen, así que no te asustes si esto mismo te pasa a ti.
Estar demasiado nervioso puede afectar la memoria, la concentración, hacer que los pensamientos se aceleren, causar “espacios en blanco” y crear otras distracciones durante el examen, así como dar lugar, entre otras cosas, a sentimientos de desánimo.
Si este es tu caso, intenta es desarrollar un plan para realizar correctamente el examen y terminarlo a tiempo. Si haces todo lo posible por relajarte y tener pensamientos positivos, ¡podrás concentrarte y lograrlo!

Cómo controlar los nervios durante un examen

Relájate cuando estés sentado.
Hay una tendencia a sentarse encorvado cuando se está estresado en un examen. Tus manos también pueden estar apretadas y puedes mover las piernas hacia arriba y hacia abajo. Sin embargo, estar físicamente tenso no te hará sentir mejor durante una prueba. En su lugar, intenta:
Mantener los dos pies en el suelo.
Relajar tus brazos y manos.
Sentarte apoyado en la silla y no encorvado en el borde.

Practica el diálogo interno positivo.
Cuando estás estresado, es muy fácil tener pensamientos negativos sobre ti mismo. Sin embargo, esto ciertamente no ayuda a tranquilizar la mente durante una prueba. En su lugar, haz un esfuerzo consciente para pensar positivamente sobre tus habilidades y preparación para el examen.
Por ejemplo, elimina pensamientos como “Hay demasiadas preguntas en este examen. No estoy preparado y no hay forma de que pueda superarlas todas”.
Cuando sientas que se avecina un pensamiento como ese, reemplázalo con uno positivo como “Sé que hay muchas preguntas aquí, pero si las respondo una por una, sé que puedo superarlas”.

No te fijes en lo que hacen los demás.
Es posible que mires a tu alrededor y veas a otros que parecen estar respondiendo el examen sin problemas, lo que puede hacer que te sientas más estresado. O bien, es posible que veas a otros que se ven igual de estresados, lo que tampoco te hará sentir mejor.
Si sientes la necesidad de apartar los ojos del examen por un momento, simplemente ciérralos y respira profundamente varias veces.

Lee atentamente la prueba.
Cuando estás estresado por un examen, puede ser fácil olvidar los conceptos básicos, como leer las instrucciones. Antes de sumergirte en el examen, tómate unos minutos para leer exactamente lo que la prueba te pide que hagas. Asegúrate de entender las instrucciones y pide una aclaración si no las entiendes.
También vale la pena tomarse un momento para examinar las secciones de prueba, si hay varias partes.

Decide qué preguntas o secciones abordar primero.
A algunas personas les gusta comenzar con material fácil, como una especie de calentamiento y para ganar confianza para las partes más difíciles. Otros prefieren comenzar con las preguntas o secciones más desafiantes, para quitarlas del camino. Cualquiera que sea su preferencia, tener un plan para abordar el examen lo hará más manejable.

Tómate tu tiempo, pero no te atasques.
Incluso si una prueba está cronometrada, apresurarte no te ayudará. Trata de trabajar a un ritmo parejo, tomándote tiempo para leer y responder cada pregunta cuidadosamente. Sin embargo, si tienes problemas con una de ellas, no te quedes atascado, continúa con el resto y vuelve más tarde a esa pregunta si te queda tiempo.